Su abuelo Ramón Villaamil trabajó en hacienda, y ahora, a dos meses de su jubilación se queda sin trabajo y necesita conseguirlo para poder cobrar la pensión. Sobrevive con cartas que manda a sus amigos pidiéndoles dinero o trabajo. Estas cartas las lleva Luis, que tuvo una visión de Dios, y le dijo que su abuelo no iba a encontrar trabajo.
Entonces aparece el padre de Luis, Víctor Cadalso, que también se ha quedado sin trabajo, para vivir con ellos. Le dice a Ramón que pagaría su estancia, y éste le cree porque tiene una gran capacidad de convicción.
La situación económica de la familia es tan mala que Ramón se plantea vender los muebles caros del salón de visitas, pero su mujer (Pura), la hermana de su mujer (Milagros) y su hija (Abelarda) intentan convencerle de que eso no es necesario, para que los invitados no se den cuenta de su mala situación económica. Intentan aparentar su buena posición social en la Ópera, a la que asisten todos los días gracias a Ponce, el novio de Abelarda. Ésta mantiene su noviazgo con él porque su posición económica y la herencia de su tío le viene bien a su familia.
Víctor intenta enamorar a Abelarda para separarla de Ponce, pero ella no le hace caso.
El endeudamiento de Ramón es cada vez mayor. Víctor consigue trabajo, pero a Ramón no se lo dan y se da cuenta de que a esas alturas no va a conseguir nada.
Víctor lleva a Luis a vivir con su hermana por una deuda que tenía con ella.
Luis le cuenta a Ramón la visión que tuvo, diciéndole que ya no conseguiría trabajo, entonces Villaamil, frustrado, se suicida.
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